Retiro siempre estuvo lleno de gente y yo me vengo a enamorar arriba del micro.
Subí colgada del teléfono, despidiendo gente que compartió ratos conmigo en Buenos aires y avisando a Santa fe que en unas horas nos reencontraríamos.
Jamás se me ocurrió mirar para atrás. Al costado, en frente, nunca atrás. Hasta que me habló. Justo en la mitad del viaje. Yo venía escuchándolo cantar y pensando que era un pelotudo pero ni lo había mirado.
"Gonza, me llamo Gonzalo". Se acercó desde el asiento de atras y me miró con los ojos verdes más lindos que vi en mucho tiempo. Pelo bien cortito, linda voz, porteño. Me pedía un mensaje de texto. Tenía que avisar a que hora llegaba para que lo busquen. La conversación fue algo así:
Él: Discúlpame ¿Me prestarías un mensaje de texto?
Yo: Si. No hay problema
Él: Vos te bajas en Santa fe ¿No?
Yo: Si
Él: ¿Cómo a que hora llegaríamos? ¿1.30?
Yo: Calculo que si, más o menos a esa hora ¿Lo escribís vos o lo escribo yo?
Él: No, escribilo vos.
Yo: Decime que escribo.
Él: Pone que llegamos una y media y Gonza. Me llamo Gonzalo.
Yo: Listo. Decime el número.
Él: ¿Querés mirarlo? Es este. Son un montón de números, me dijo alcanzándome su celular.
En esta parte hubo acotaciones respecto a que el numero era raro y largo. Lo chequee tres veces para no equivocarme y lo mandé.
Yo: Listo. Ya está.
Él: Muchas gracias, en serio.
Iba sentada en el asiento 17 ¿Quién diría que eso iba a traerme suerte? Al rato de esa charla el siguió cantando. Le respondieron el sms a mi celular. Me di vuelta para avisarle. No le hablé, directamente le mostré el teléfono. Volvió a agradecer y ya no hablamos.
Le conté a mis amigas lo que estaba pasando. Asumí que el mensaje de texto era para una novia que vendría a darle un beso apenas baje del micro.
Compartí con el 6 horas de mi vida y no me animé a hablarle más. Viaje sola todo el camino y el igual ¿Quién me manda a ser tan cagona?
Llegamos. Bajé y fui al baño. Cuando esperaba el taxi mirando para adentro de la terminal pasó caminando, cruzamos miradas. El fue a esperar que lo busquen en la puerta principal. Había bastante gente. Antes de que venga el taxi pude ver que lo buscaba un amigo y no una chica. Se fueron en auto.
Y así es como no dejo de pensar en sus ojos verdes.
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